Atrapada en el Tiempo de Diana Gabaldon - Salamandra
- A los que estábamos en la celda de los condenados nos hacían marchar por el patio. Y nos detenían en fila sobre las piedras para observar una ejecución. Yo observaba a cada uno ascender los doce escalones y quedarse en pie, con las manos atadas a la espalda, mirando hacie el patio mientras le colocaban la soga al cuello. En aquel momento me preguntaba cómo reaccionaría cuando me llegara el tuno de subir las escaleras. ¿Lloraría y rezaría como John Sutter, o podría permanecer erguido como Willie MacLeod, que le sonrió a un amigo que lo miraba desde el patio?
Veinte años después de haber experimentado la aventura más extraña de su
vida - un viaje a través del tiempo hasta la Escocia del siglo XVIII-,
Claire Randall regresa con su hija Brianna a las imponentes y
misteriosas montañas escocesas donde todo comenzó. Con la ayuda de
Roger, un joven historiador, Claire se lanza a una obsesiva búsqueda de
las tumbas de los caídos en la batalla de Culloden, en 1745.
Atrapada en el Tiempo es el segundo tomo de La Saga de Claire Randall tras Forastera.
En esta ocasión, Claire y Jamie se trasladan a París para intentar impedir que el pretendiente al trono de Inglaterra, Carlos Estuardo, reclame su lugar y así evitar la batalla de Culloden, que tuvo nefastas consecuencias para los escoceses.
Voy a ir al grano. Esta segunda parte tiene dos grandes problemas; primero, que es un libro excesivamente largo, y segundo, que es aburrido. Y os voy a explicar por qué:
Parece que la intención de Gabaldon era escribir una novela de intrigas palaciegas y misterios en las calles del París de 1744. Para ello, la autora nos introduce a nuevos personajes e inventa nuevas tramas que siendo totalmente sincera... no sirven absolutamente para nada. Esas ''tramas'' lo único que hacen es alejarnos del argumento principal y llenar páginas y más páginas de sucesos sin sentido que hacen desesperar a los lectores (a algunos, yo incluida). Por lo que al final, nos encontramos ante un libro de 820 páginas que podría haber sido reducido como máximo a la mitad.
Además, las intrigas de palacio... (perdón, utilizar la palabra intriga en esta ocasión creo que es excesivo; llamémosle... conversaciones y paseos por el palacio) carecen de todo: de emoción, de conspiraciones, de hipocresía y de puñaladas por la espalda. Nunca ha sido taaan aburrido leer la vida de los personajes de la corte.
Y si a todo ello le sumamos, que Jamie Fraser no tiene tanto protagonismo en este libro como en la anterior y que Claire cada vez es más insoportable (su egoísmo y su victimismo no tienen límites), hacen de esta novela una continuación muy muy mediocre.
¿Leeré la tercera entrega? Sí, quiero saber a donde nos lleva la autora. Pero creerme, cuando os digo, que no me va a temblar la mano si tengo que pasar páginas (muchas páginas) para llegar al meollo de la historia.
En esta ocasión, Claire y Jamie se trasladan a París para intentar impedir que el pretendiente al trono de Inglaterra, Carlos Estuardo, reclame su lugar y así evitar la batalla de Culloden, que tuvo nefastas consecuencias para los escoceses.
Voy a ir al grano. Esta segunda parte tiene dos grandes problemas; primero, que es un libro excesivamente largo, y segundo, que es aburrido. Y os voy a explicar por qué:
Parece que la intención de Gabaldon era escribir una novela de intrigas palaciegas y misterios en las calles del París de 1744. Para ello, la autora nos introduce a nuevos personajes e inventa nuevas tramas que siendo totalmente sincera... no sirven absolutamente para nada. Esas ''tramas'' lo único que hacen es alejarnos del argumento principal y llenar páginas y más páginas de sucesos sin sentido que hacen desesperar a los lectores (a algunos, yo incluida). Por lo que al final, nos encontramos ante un libro de 820 páginas que podría haber sido reducido como máximo a la mitad.
Además, las intrigas de palacio... (perdón, utilizar la palabra intriga en esta ocasión creo que es excesivo; llamémosle... conversaciones y paseos por el palacio) carecen de todo: de emoción, de conspiraciones, de hipocresía y de puñaladas por la espalda. Nunca ha sido taaan aburrido leer la vida de los personajes de la corte.
Y si a todo ello le sumamos, que Jamie Fraser no tiene tanto protagonismo en este libro como en la anterior y que Claire cada vez es más insoportable (su egoísmo y su victimismo no tienen límites), hacen de esta novela una continuación muy muy mediocre.
¿Leeré la tercera entrega? Sí, quiero saber a donde nos lleva la autora. Pero creerme, cuando os digo, que no me va a temblar la mano si tengo que pasar páginas (muchas páginas) para llegar al meollo de la historia.