Páginas

jueves, 28 de junio de 2018

EL AUMENTO DE LA SOMBRA

El Aumento de la Sombra de Robert Jordan

Te has metido en mi corazón, donde creía que no había lugar para nadie. Has hecho que crezcan flores donde cultivaba polvo y piedras. Recuerda esto durante el viaje que insistes en hacer: si mueres, no te sobreviviré mucho tiempo.

Los sellos de Shayol Ghul se han debilitado y la presencia del Oscuro se hace cada vez más evidente. En Tar Valon, Min es testigo de hechos portentosos que vaticinan un horrible futuro. Los Capas Blancas buscan en Dos Ríos a un hombre con los ojos dorados y siguen el rastro de Dragón Renacido. Mientras tanto, Rand al’Thor se dedica a tomar sus propias y sorprendentes decisiones.


El Aumento de la Sombra es la cuarta entrega de la saga La Rueda del Tiempo de Robert Jordan.

Buff vamos a ver... Que pena. Que pena que una saga que empezó tan bien con El Ojo del Mundo tenga una cuarta parte tan desastrosa. Y lo intenté, creo que nunca había intentado con tantas ganas terminar un libro que no me estaba gustando. Llegué hasta casi las 1000 páginas del libro, pero no pude más y lo dejé. Y este es mi por qué:

El Aumento de la Sombra comienza donde nos dejó El Dragón Renacido, con todos nuestros personajes en Tear donde cada uno de ellos irá poco a poco tomando su camino: Rand, Mat, Moraine, Lan y Egwene junto con los Aiel a Rhuidean; Perrin, Faile y Loial a Dos Ríos; y por último Nynaeve y Elayne a Tanchico. 

En el momento en el que se separan es cuando empiezan los problemas. La historia se vuelve aburridísima, con muchísimas descripciones que no aportan absolutamente nada más que llenar páginas y páginas que se podían haber empleado para narrar algo más interesante. 

Pero eso no es todo. El mayor problema es la evolución de los personajes, en especial los personajes femeninos. Jordan no sabe escribir a mujeres: las retrata como personas egoístas y que se creen superiores a los hombres, condescendientes e irritantes (especialmente Egwene, Faile y Aviendha -esta última me sacaba de quicio-). Como mujer, no me sentía para nada identificada con ninguno de estos personajes, es más, mientras leía deseaba que algo les ocurriese (sobre todo a Faile y Aviendha) para no volver a leer sobre ellas. 

Además, los romances tampoco es que estén bien desarrollados. El romance de Rand y Elayne (o los pensamientos que tienen el uno con el otro) no tiene ni pies ni cabeza; parece que se quieren de repente tras haber pasado dos tardes juntos. Tampoco me gusta el de Perrin con Faile. Creo que Faile no es para nada justa con Perrin, y volvemos al punto anterior en el que Faile es uno de los peores personajes de la saga. El único romance que se salva es el de Lan con Nynaeve, porque es sutil y tienen una historia que ha ido evolucionando a lo largo de los libros.

Por último, quería hacer una mención especial a los Aiel. Que parece ser que a muchos lectores les interesa su procedencia y todo lo relacionado con ellos. En un principio a mí también. Pero entre tanto nombre de clan, tanta profecía y tantas costumbres con nombres difíciles de recordar, que al final me acabaron dando igual y pasaba automáticamente todas las hojas en las que se hacía referencia a los Aiel. Menudo tostón.
 
En definitiva, estos han sido de forma resumida los porqués de mi decisión de abandonar esta cuarta entrega. ¿Seguiré con la saga? Le daré otra oportunidad, porque creo que la historia tiene mucho potencial, pero espero con toda mi alma que mejore, y mucho. Eso si, me daré un descanso antes de comenzar con El Cielo en Llamas.




P.DLa Editorial Planeta relanzó El Aumento de la Sombra en dos libros separados:
Los Portales de Piedra y El Yermo de Aiel.

miércoles, 6 de junio de 2018

EL DRAGÓN RENACIDO

El Dragón Renacido de Robert Jordan

Dos veces será marcado,
dos veces para vivir y dos veces para morir.
Una vez la garza, para señalar su camino.
Dos veces la garza para darle su verdadero nombre.
Una vez el Dragón para el recuerdo perdido.
Dos veces el Dragón, por el precio que ha de pagar.
El Dragón Renacido, el profético adalid que ha de salvar al mundo, el libertador que enloquecerá y matará a todos sus seres queridos, ha iniciado una carrera para huir de su destino. Rand al´Thor es capaz de entrar en contacto con el Poder Único, pero no puede controlarlo, ni tiene a nadie que le enseñe a hacerlo, pues ningún hombre lo ha conseguido desde hace tres mil años. Tiene la certidumbre de que ha de enfrentarse al Oscuro, pero, ¿cómo?


Tercera parte de la saga La Rueda del Tiempo, seguida de El Ojo del Mundo y El Despertar de los Héroes.


Menos mal. Gracias a la Luz, que esta tercera entrega sí es digna de ese primer libro e inicio de la saga. Después de una segunda parte un poco decepcionante, la historia remonta con nuevas aventuras, misterios y personajes que poco a poco van tejiendo el entramado de la Rueda del Tiempo.

En esta ocasión, la historia de Rand queda relegada a un segundo plano, haciendo que el autor se centre en otros personajes, en especial: Perrin, Mat y Egwene. Y la verdad que se agradece. No porque Rand no me guste, ni mucho menos, sino porque estos nuevos PDV nos ayudan a entender mejor a los personajes y nos da una visión más global de todo lo que se está aconteciendo.
 
Perrin es un chico agradable, amable, con un gran sentido del deber y cauto, pero que sabe sacar su caracter cuando es necesario y no duda en enfrentarse a cualquier persona si cree que no está haciendo lo correcto (ejem, ejem, Moraine). 
 
Mat, es todo lo contrario, impetuoso, bromista y que dá a entender que no se toma nada en serio. Un chico que ha sido muy criticado y subestimado por su actitud, pero que en realidad es un personaje muy ingenioso e inteligente, además de gracioso (sus comentarios os harán pasar un buen rato, os lo aseguro); de hecho se está convirtiendo en uno de mis personajes favoritos. 

Los capítulos tanto de Perrin como de Mat han sido un placer leerlos, todo un descubrimiento. Pero los de Egwene... no tanto. Ahora os explico por qué:

Egwene no me gusta como personaje: es irritante, se cree mucho más madura de lo que realmente es y tiende a criticar a Rand, Mat y Nynaeve creyéndose estar por encima de ellos (Nynaeve también suelta comentarios sobre el comportamiento de Rand o Mat, por ejemplo, pero lo hace en un tono maternal al haber cuidado de ellos cuando era Zahori). 
Sin embargo, lo bueno que tiene sus PDV y que hacen soportable leerlos es que sabremos más sobre el Ajah Negro y ese tema sí que nos tiene en vilo. Así que bueno... no hay mal que por bien no venga. 

En definitiva, El Dragón Renacido es un libro recomendable con un buen ritmo que se mantiene a lo largo de la novela, un final genial (del que no he querido hablar para no desvelar absolutamente nada) y nuevos PDV, unos más interesantes que otros, pero que se dejan leer sin problema. 
 
En el cuarto libro la Sombra aumenta, ¿qué les deparará a nuestros ta'veren? Lo descubriremos.




P.D. Como ya os he comentado anteriormente, la Editorial Planeta relanzó El Dragón Renacido en dos libros separados: Camino a Tear y El Pueblo del Dragón.