La Canción de la Espada de Bernard Cornwell- Edhasa
Debía de hacer mucho frio aquella noche. El hielo cubría los surcos que la crecida del río había dejado en los campos, pero no recuerdo notarlo. Sí que recuerdo, en cambio, el nerviosismo. Eché mano de nuevo de Hálito de serpiente, y me dio la sensación de que se estremecía. A veces parecía que entonaba una canción, audible apenas pero penatrante. La canción del doble filo de su hoja que pedía sangre, la canción de la espada.
El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de
tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en
Inglaterra, donde el reino danés del norte y el reino sajón de Wesssex
inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en
Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la
ayuda de su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el
Grande confía en que sea él quien encabece una operación destinada a
expulsar a los vikingos de la capital, lo que llevará a Uhtred a
enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza
su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualquier caso, su ardor
guerrero pesará más que la placidez familiar.
La Canción de la Espada es la cuarta entrega de la saga: Sajones, Vikingos y Normandos.
Este cuarto libro comienza 5 años después de los acontecimientos narrados en Los Señores del Norte. Ahora, Uhtred vive en Londinium, es padre de dos hijos, está casado con Gisela, hermana del autoproclamado rey de Northumbria, y muy a su pesar, sigue bajo el juramento a Alfredo el Grande.
Cornwell nos relata una nueva aventura de nuestro sajón-vikingo favorito, un Uhtred de Bebbanburg, más maduro, más reflexivo y menos impulsivo pero igual de inconsciente y letal. Un guerrero magnífico que logrará una vez más la victoria contra los hombres del norte.
En esta ocasión, acompañaremos a nuestro protagonista en la invasión de Londinium por parte de los vikingos, en el gobierno de Londres y en el rescate de una persona secuestrada.
Y a pesar de que no dejan de ocurrir cosas, la historia no resulta tan emocionante. Aunque el libro comienza de manera acertada, la parte central (el gobierno de Londres) resulta un tanto aburrido, sin embargo, la cosa mejora gracias al secuestro-rescate y a la gran batalla final (con final inesperado incluido).
Los demás personajes siguen siendo magníficos, aunque AEtheflaed y Gisela no me terminan de convencer, no es que tengan nada de malo, simplemente son dos personajes correctos, sin más. Pero sí que echo en falta un personaje femenino potente en estas novelas, tal vez la encontraremos en las siguientes entregas.
En definitiva, La Canción de la Espada es una cuarta parte con más altos que bajos pero que sigue siendo entretenida de leer.