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domingo, 23 de mayo de 2021

HYGGE: LA FELICIDAD DE LAS PEQUEÑAS COSAS

 Hygge: La Felicidad de las Pequeñas Cosas de Meik Wiking


 Hygge is about atmosphere and an experience, rather than about things. It is about being with the people we love. A feeling of home.A feeling that we are safe, that we are shielded from the word and allow ourselves to let our guard down.

 

A menudo se dice que Dinamarca es el país más feliz del mundo. Esto se debe únicamente a una cosa: el hygge. Cada capítulo de este libro se centra, de manera breve y concisa, en un aspecto determinado del hygge: la luz, la ropa, la comida y la bebida, el hogar...

Desde escoger la luz adecuada y planear una cena festiva hasta crear un kit de emergencia hygge, este inspirador libro, lleno de útiles consejos e ideas, DIY, recetas de cocina e incluso datos estadísticos, te enseñará cómo ser más hygge y descubrir así, el secreto para ser más feliz.

Hygge (que se pronuncia como hooga), es un estilo, una filosofía de vida nacida y llevada a cabo en Dinamarca, al que se le considera uno de los países más felices del mundo. El autor Meik Wiking, cree que esto se debe principalmente al Hygge. Pero, ¿qué es el hygge? Hygge es, como ya he dicho anteriormente, un estilo de vida cuyo fin es convertir la vida en algo acogedor donde tienen mucho peso las relaciones sociales y las actividades alejadas principalmente de la pantalla (exceptuando ver una peli el sábado por la noche, ya que según el autor, eso es muy hygge). 

De esta forma Wiking hace un repaso de la decoración, la luz, las épocas de año, las comidas y las actividades que son más hygge para los daneses. Siempre valorando el hecho de que el hygge es algo acogedor, íntimo y que se puede realizar tanto en solitario como en compañía. Todo ello lo sustenta basándose en diversas investigaciones realizadas por el Instituto de Investigación de la Felicidad del que el propio autor es el fundador. 

Ahora bien, aunque puede resultar muy curioso e interesante conocer las costumbres y tradiciones de otro país, el libro Hygge: La felicidad de las pequeñas cosas, no deja de parecerme un panfleto, una propaganda repetitiva de Dinamarca. En el libro se nos habla de lámparas de diseñadores daneses, cafeterías, restaurantes y lugares de Copenhage con más hygge y varios capítulos con recetas danesas (aunque esto sí me ha gustado que se haya incluido en el libro). Además, me parece que el autor lleva al hygge a lo absurdo, dado que se pueden leer cosas como: <<I once spent two hours walking around Rome (...) to find a restaurant that had hyggelig lighting>> (traducción: una vez pasé dos horas caminando por Roma (...) para encontrar un restaurante que tuviera una iluminación hygge); o cuando habla de una cafetería en frente de su casa en Copenhagen <<Their coffee is an abomination. It tastes like fish and cost five euros. I still go there sometimes. They have an open fireplice- it's hygge>> (traducción: su café es una abominación. Sabe a pescado y cuesta cinco euros. Todavía voy allí a veces. Tienen una chimenea abierta, es hygge). 

Asimismo, durante la lectura se nota cierto clasismo por parte del autor, ya que a pesar de que en numerosas ocasiones remarca que para vivir el hygge no hace falta un gran presupuesto, él siempre acaba dando ejemplos de como pasarse el fin de semana en una cabaña alquilada en el bosque, y eso no todo el mundo se lo puede permitir.

Esto último está relacionado con mi reflexión final. Wiking pasa de puntillas por lo que yo creo que es la verdadera razón por la que Dinamarca es uno de los países con la población más feliz del mundo, y es su gestión en cuanto al sistema educativo, de salud y sobre todo el laboral y profesional. La educación es gratuita incluso en los estudios superiores, los alumnos reciben ayudas económicas mientras están estudiando y tienen uno de los mejores sistemas educativos del mundo, con un profesorado especializado y metodologías más activas. El sistema de salud, es totalmente gratuito, y qué decir del ámbito laboral: un sueldo mínimo interprofesional mucho más alto, mejores sueldos en general, jornadas laborales de 37 horas semanales, teletrabajo, conciliación familiar... Estoy segura de que si esta gestión de la salud, la educación o lo laboral cambiasen a peor (con las condiciones en las que nos encontramos en otros países), los daneses dejarían de ser la población más feliz del mundo, por mucho hygge que practicasen.

Aun con todo, ha sido interesante conocer más en profundidad otro país Europeo y recordarnos que en las pequeñas cosas del día a día es donde se encuentra la verdadera felicidad.