Páginas

jueves, 1 de agosto de 2019

LA HISTORIA DE LA LLUVIA

La historia de la lluvia de Niall Williams - Lumen 

La primera vez que abrí uno me sentí impúdica. Me encanta la sensación que produce un libro. Me encantan el tacto y el olor y el sonido de las hojas. Me encanta la manipulación. Un libro es un objeto sensual. Te acurrucas en un sillón con él o, como hago yo, te lo llevas a la cama y es, bueno, envolvente.

¿Tiene historia la lluvia? Pues sí, y bien mirado todos somos nuestras historias: las contamos para seguir vivos y recordar a los que ya no están. «Para empezar hay que ubicarte en el paisaje, localizar a los tuyos y tu lugar. Hasta que eso ocurre estás en la historia equivocada», comenta Ruth Swain. El paisaje es Irlanda, los suyos son parientes extravagantes, y su lugar son los libros.
En un pueblecito a orillas del río Shannon, esta muchacha de diecinueve años vive confinada en el ático de la casa familiar. Los casi cuatro mil libros que heredó levantan barricadas alrededor de su cama, y la lluvia es la música constante que nunca deja de sonar. Desde ese refugio la voz irónica de Ruth emprende un viaje literario en busca de su padre, Virgil Swain, un granjero y poeta tardío que leía pasajes de William Blake a sus vacas y transmitió a la hija el amor por los libros: Dickens, Stevenson y Emily Dickinson orientan ahora a la joven cuando se propone desvelar el misterio de la familia.


No sé ni cómo empezar a resumir, ni a dar mi humilde opinión sobre este libro... aun así, empecemos desde el principio:

Vi la recomendación de este libro en un canal de YouTube (tal vez no sea el mejor sitio), leí la reseña y me gustó, así que lo busqué en la biblioteca y lo empecé a leer con ganas. Pero esas ganas, poco a poco, fueron desapareciendo, hasta que ponerme a leer este libro se convirtió en un "suplicio" para mí.

No es que la historia que narre este libro sea mala, ni que los personajes sean horribles, ni que el paisaje que describe (la verde y bella Irlanda) sean desagradables; solo es que las palabras para hacerlo, en mi opinión, no son las adecuadas. Williams utiliza un vocabulario rocambolesco, pendante, con numerosas citas de libros y descripciones excesivamente largas. 

La lectura de La historia de la lluvia, se volvió monótona y aburrida, y eso es lo peor que puede pasarle a un libro. Logré leer 150 páginas y aún leyendo todas esas páginas, seguía sin saber exactamente qué era lo que esta historia me quería decir.

Al final desistí. Decidí que no merecía perder el tiempo con un libro que no me estaba gustando, cuando hay millones de libros magníficos esperando a ser leídos



No hay comentarios:

Publicar un comentario