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jueves, 3 de noviembre de 2016

CRÓNICAS DEL SEÑOR DE LA GUERRA

Crónicas del Señor de la Guerra de Bernard Cornwell- Marlow

Ese escudo lo sujetaba un hombre como no había visto otro en mi vida; un hombre magnífico, un hombre erguido sobre un gran corcel y acompañado por otros hombres semejantes (...) y sobre las cabezas empenachadas de esos hombres ondeaba una enseña a la que llegaría a amar más que a cualquier otra sobre la tierra de Dios.
Era la enseña del oso.
Año 460 d.C. Los romanos por fin han abandonado Britania, y enseguida se ha desencadenado una lucha a muerte para cubrir el vacío de poder y, al mismo tiempo, los sajones aguardan en la frontera la ocasión de invadir el país. La muerte del rey supremo, Uther Pendragon, dejando como heredero al trono a Mordred, aún un bebé, no hace sino complicar la situación y acabar con el último atisbo de unidad. Sólo un hombre es capaz de hacerse cargo de la tutela del niño y evitar así que el reino caiga en manos de sajones o acabe arrasado por las luchas intestinas, un guerrero mítico protegido por el mago Merlín que responde al nombre de Arturo.
Derfel, uno de los guerreros a las órdenes de Arturo que sirve de hilo conductor de la historia, adentra al lector en una época convulsa de sangre, fuego y acero.


Sí, lo reconozco. Soy adicta a las sagas literarias. Me encantan. No lo puedo evitar. Saber que al finalizar el primer tomo hay continuaciones esperando no tiene precio. Aunque esa espera se te haga eterna (ejem, ejem Vientos de Invierno) sin duda merece la pena. 


Así que cuando decidí que quería leer algo sobre Arturo y vi que el señor Bernard Cornwell había escrito una trilogía, no me lo pensé dos veces:

Desde un principio el autor nos introduce de lleno en la Inglaterra del inicio de la Edad Media gracias al amplio conocimiento que posee de la época histórica en la que se sitúan las novelas. Cornwell te hace sentir que eres uno más de los guerreros de Arturo, que luchas al lado de Derfel contra los sajones: sientes el peso de la lanza y del escudo, hueles la sangre derramada y oyes el fragor de la batalla. Y eso pocos autores consiguen lograrlo, Bernard Cornwell es uno de ellos. 

Existen miles de novelas, comics y películas sobre la leyenda del Rey Arturo, sin embargo, Cornwell se aleja de todos ellos y nos da una versión veraz, realista y desmitificada del personaje: Arturo es humano, no un héroe.

Eso mismo ocurre con los demás personajes, Ginebra, Lancelot o Merlin, todos ellos evolucionan según los acontecimientos. En esta novela nadie es blanco o negro, todos tienen algún matiz gris.

En resumen, Crónicas del Señor de la Guerra es una trilogía muy interesante, con sus altibajos en la historia, pero que es sumamente emocionante, épica.

¿Mi favorito? El tercer tomo, sin duda.




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