Por la Gracia de Dios de Sharon Kay Penman- Alamut
- Ricardo, ¿puedo hacerte una pregunta? Esta noche hemos hablado de lo que debes hacer, de lo que puedes hacer, de lo que tendrías que hacer. Pero no hemos dicho nada de lo que quieres hacer. Ricardo, ¿quieres ser rey?Pensaba que él no respondería. Pero mientras le estudiaba la cara, vio que él sopesaba la pregunta en su mente, procurando responderla con sinceridad.
-Sí - dijo al fin-. Sí, quiero ser rey.
El rey Eduardo ha muerto y toda Inglaterra contiene el aliento. ¿Estallarán de nuevo las luchas por el trono que han consumido ya tantas vidas? Ricardo, aún con el corazón destrozado por la muerte de su hermano, acude raudo a Londres desde sus tierras del norte. El poderoso clan Woodville, con la reina a la cabeza, maniobra para no dejar escapar los títulos y honores tan duramente conseguidos. El ruido de las espadas que tanto ha costado envainar se oye ya por todo el reino, pero de este conflicto, tras mucho dolor y sacrificio, surgirá un monarca que será recordado durante siglos.
Hay veces que después de terminar un libro te sientes incapaz de empezar uno nuevo. Sigues recordando las frases, lo que te hizo sentir. Eso es lo que me ha pasado a mí con Por la Gracia de Dios. Vamos, una resaca literaria en toda regla.
Terminé el libro ayer a la noche y lo primero que he hecho al levantarme ha sido entrar en la Wikipedia y leerme todo lo relacionado con los Plantagenet, Tudor, Woodville, Lancaster... y escribir esta pequeña reseña de esta fantástica novela:
Por la Gracia de Dios es el tercer ejemplar de la trilogía: La Guerra de las Rosas. La última entrega tras El Sol en Esplendor y Señor del Norte.
Por la Gracia de Dios nos cuenta la ascensión al trono de Inglaterra de Ricardo III, su turbulento reinado y su muerte en la batalla de Bosworth (Redmore Plain en la novela).
Durante la trilogía, Penman, nos retrata a un Ricardo reservado, recto, con unos valores inquebrantables, buen comandante, fiel a sus amigos, a su familia y a su reino.
Un hombre que cometió graves errores y confió en quien no debía confiar. Un hombre que no supo sobrellevar las intrigas y al que la pena y la culpa lo consumieron. Un rey desesperado, que se jugó todo en una única batalla donde sus últimas palabras fueron << traición, traición, traición, traición >>.
Un hombre que cometió graves errores y confió en quien no debía confiar. Un hombre que no supo sobrellevar las intrigas y al que la pena y la culpa lo consumieron. Un rey desesperado, que se jugó todo en una única batalla donde sus últimas palabras fueron << traición, traición, traición, traición >>.
Enrique Tudor, su sucesor, y sus cronistas se aseguraron de que el nombre de Ricardo quedara manchado para siempre, describiéndolo como un monstruo sin corazón, frío y calculador. Pero la autora nos recuerda que la historia la escriben los vencedores y nos da su versión. Una versión bien documentada y lógica del carácter de Ricardo y de los hechos que ocurrieron en su reinado.